lunes, 3 de septiembre de 2007


LA REFORMA CONSTITUCIONAL BUSCA INSTAURAR EL SISTEMA CUBANO EN VENEZUELA.
Chávez ha dejado al descubierto su verdadero carácter autocrático, militarista y despótico, y hará que la Carta Magna de 1999 deje de ser de todos los venezolanos. El Sultán dice llamar al debate, pero dejando claro que él comanda una revolución armada, amenazando a todo aquel que disienta, abriendo así las vías para el conflicto y la confrontación política.
No contento con esto, el domingo pasado, “El Sultán Chávez” anuncio una nueva adquisición de fusiles de asalto para “defendernos de la invasión de los gringos”. Esto, además de dar risa, es la confirmación de su mentalidad belicista, reproduciendo los genes del jefe cuasi divinizado que conoció el totalitarismo moderno, Duce, Fuhrer, Padre de los Pueblos, Gran Timonel. Pareciera que la amenaza hacia quienes enfrentamos esta reforma de la constitución se concreta con la compra de armas para el ejercicio y quizá la materialización de lo que hasta ahora es amenaza; “la revolución armada” para los que se opongan.
La concentración de poder es un elemento clave para garantizar la eternización del Sultanato venezolano en el poder, para lo cual trata de establecer la reelección indefinida, continua, perenne o eterna de Chávez y su pandilla.
La gran trampa de la reducción de la jornada a 6 horas, en el fondo convierte al trabajador en “el útil animado” solo para calcular el nuevo precio de los bienes y servicios en la economía del “Totalitarismo del siglo XXI”. Basta ya de engaños: Chávez, has uso de la ley habilitante y firma ya un decreto-ley reduciendo la jornada a 6 horas. Diputados terminen ya la ley de seguridad social y no se queden en amparar sólo a los taxistas, sino que incorporen también la retroactividad de las prestaciones sociales.
Insólito que Chávez pretenda eternizarse en el poder cuando ha sido un fracaso: no ha podido con la inseguridad, la delincuencia le ganó; no ha brindado seguridad social a los venezolanos; no ha incrementado la producción nacional; no ha disminuido nuestra dependencia del petróleo y el carácter mono productor de nuestra economía; ha destruido la industria nacional y no ha sido capaz de desarrollar la agricultura.
Esta reforma debe ser rechazada por el pueblo venezolano, porque significa un retroceso en materia democrática, de descentralización; porque trae más militarización, porque no atiende las demandas sociales de más empleo, vivienda, seguridad, de más bienestar y mayor progreso social, en fin, porque solo busca llevarnos al modelo cubano.
No hay término medio. Llamo a tomar la calle, dejando de lado el miedo del electoralismo corto placista, a la protesta y a la discusión política para cambiar el rumbo de este proceso. Y la unidad debe descansar en los propios Dirigentes Populares, que definan el rechazo al continuismo de este despotismo, por la Democracia y la Libertad.
(Articulo publicado en la Columna Avanzada en el Diario El Nuevo Pais el 4 de octubre del 2007).
William.davila@gmail.com,http://williamdavila.blogspot.com

No hay comentarios.: