lunes, 10 de septiembre de 2007



DESNUDEMOS LA MINORIA.

Ayer, cuando acompañamos a Henry Ramos Allup a la intervención en la Asamblea Nacional sobre la reforma que pretende imponer el presidente, se marcaron claramente las diferencias en materia de reforma. No se trata de que existan “caramelitos” buenos en esta reforma, no se trata de debatir si se vota por partes o por tubo. Ayer expresamos claramente que se trata de un intento desquiciado de Chávez por perpetuarse en el poder.
Expresamos claramente, y queremos sostener, que cualquier constitución que pretenda durar, debe contar con el consenso de todos los sectores democráticos, tal como resultó la del ’61. Más aún, el carácter secreto con que el presidente fraguó este proyecto de reforma, dice mucho de las oscuras intenciones que busca disfrazar con algunos elementos que no por ser incluidos en la reforma son del todo positivos.
El debate para los sectores democráticos no pueden girar en torno a si votamos por parte o no, toda vez que la reforma es un conjunto de modificaciones que se han convertido en una totalidad y que sólo puede ser enfrentada en la calle. No se trata de debatir si hacemos campaña por el no, o por sus supuestos pedazos positivos. Más bien se trata de entender que la campaña debe ser por enfrentar la reforma con el debate y la acción tendientes a explicarle al pueblo que es una gran trampa, que es un nuevo engaño que busca finalmente la eternización del Zar, del Sultán, de Chávez.
Pudiéramos analizar la conveniencia o no de esta diferencia entre hacer campaña por el NO o enfrentarla en su conjunto, y podemos concluir que, votar por el NO pudiera suponer remotamente una victoria potencial del pueblo. El asunto no sólo está en las derechos electorales, ya no solamente se trata de evaluar esto, que ya de por sí es grave, sino que, más aún, ¿está dispuesto el pueblo a acompañar un nuevo fraude, un nuevo engaño?
Por otra parte, el confrontar contundentemente la reforma y desconocer la pretensión de legitimarla a través de una consulta refrendaria pudiese desnudar la minoría que apoya esta reforma, y pudiera terminar de deslegitimar el intento de perpetuarse unipersonalmente en el poder por parte de Chávez, al quedar expuesta la mínima porción electoral que la apoyaría.
Bien lo expresó Henry en su intervención en la AN cuando expuso los aspectos gruesos de una reforma que es una unidad orgánica de un proyecto personalísimo y autoritario. Es un intento por perpetuar el despotismo, aniquilar la descentralización, comprar a la clase obrera y terminar de destruir las autonomías gremiales y organizativas de la sociedad, colocándolas al servicio de un proyecto despótico; incluyendo las FAN que pasarán a formar parte de los designios del déspota, del Sultán, aun cuando por presiones militares internas haya aceptado mantener a la Guardia Nacional como uno de los componentes de la FA, al lado por cierto de las Milicias que a la larga serán las copias de las Guardias Republicanas, o como se las quieran llamar que hemos conocido en las historia de los totalitarismos del siglo XX y del que corre.
(Articulo publicado en el Diario Nuevo Pais. Columna Avanzada. 11 de septiembre 2007).
William.davila@gmail.com,http://williamdavila.blogspot.com.

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