William Dávila Barrios

CHAVEZ PARA EL BASURERO DE LA HISTORIA.

La historia de los regímenes totalitarios, dictadores amados por fanáticos, odiados por la conciencia de los pueblos, son paralelos históricos. Fidel Castro llegó al poder por una revolución. Su dictadura ha tenido éxitos en educación y salud, aunque no logró diversificar la economía de la isla y la condujo a la extrema pobreza en un país profusamente decadente tras la caída del socialismo en Europa. Para subsistir impidió la apertura democrática, encarceló a los disidentes, persiguió a minorías y limitó la libertad de expresión, y ni siquiera estando al borde de la muerte se manifestó dispuesto a dejar el poder, que puso en manos de su hermano Raúl.
François Duvalier, en Haití, llegó por elección y en 1964 modificó la ley para declararse “presidente vitalicio”. Sus milicias populares, o mejor dicho, sus guardaespaldas, los tonton macoutes, al no recibir sueldos, tenían manos libres para robar y extorsionar. Durante sus catorce años en el poder usó la violencia y el terror para detener a la oposición.
Porfirio Díaz inició en México su mandato autoritario, represivo y sangriento, valiéndose de una enmienda a la Constitución para reelegirse un número indefinido de veces en comicios fraudulentos.
Hitler llegó al poder por elecciones democráticas. Engañó a toda una nación civilizada y la llevó hasta la barbarie y la muerte.
A Benito Mussolini unas elecciones lo consolidaron en el alto mando y para 1925 se invistió de poderes dictatoriales, haciéndose llamar IL Duce. Murió ejecutado a tiros al final de la Segunda Guerra Mundial. Su notable y repentino ascenso se debió, en parte, a su personalidad, su instinto natural, la perspicacia de sus cálculos, su astuto oportunismo y sus extraordinarias dotes como agitador.
Kim II Sung llegó al poder por nombramiento, reformó la constitución en Corea del Norte para nombrarse “presidente eterno”. Condujo a su país a la pobreza y al aislamiento internacional, alrededor de tres millones de personas murieron durante la guerra de Corea, y otros tres millones murieron de hambre.
Rafael Trujillo llegó al poder por Golpe de Estado, fue un monstruo, un tirano atroz, un adefesio, corrupto, el espíritu de su dictadura todavía está presente. No ha podido desarraigarse todavía su carácter centralista y autoritario para aquel quien ejerza la presidencia, ya que puede disponer a su antojo de los recursos públicos y los funcionarios garantizan su impunidad.
Chávez marcó su tiranía con la Reforma Totalitaria. Más poder para él. Ese es el fondo de la Reforma. Y como todo tirano, la política del miedo, la demagogia para convencer al pueblo de sus objetivos. El abuso del poder ha sido su arma para mantenerse. Poco importa el atraso social y económico. Chávez ha entrado en el basurero de la historia con los anteriores. El ya escogió su camino.
William.davila@gmail.com,williamdavila.blogspot.com
(ARTICULO PUBLICADO EN EL NUEVO PAIS EN LA COLUMNA AVANZADA EL 21 DE AGOSTO 2007).