jueves, 20 de marzo de 2008

CHAVEZ EL BELICISTA SILENCIA
LA MUSICA DE LA PAZ



La frontera desapareció tras el vuelo infinito de la paz, de las franelas blancas, y de la mano joven, unitaria y pacifista del cantante Juanes. Juan Aristizabal, tras congregar a artistas internacionales comprometidos con los derechos ciudadanos, con los derechos democráticos y civiles, sustituyeron los batallones que pretendió enviar Chávez en son belicista, por el son alegre de la música y de la unión entre tres pueblos hermanos:
Sucede que este concierto por la paz se convirtió en una nueva derrota para Chávez, toda vez que intentó ocultarlo por diversas vías desde los medios oficiales, y no lo logró. Y es que este concierto, y esta inmensa movilización de jóvenes y adultos de la frontera hacia este concierto de Paz sin Fronteras es una amenaza inminente para este gobierno, y para sus peones regionales, porque la razón existencial de este régimen es la confrontación, que le da un resultado antagonista que les permite consolidar una minoría férrea que se convierte (según ellos aspiran) en inmutable y en eternamente comprometida con Chávez.
Sin embargo, la música de Juanes y de sus compañeros de canto supera las barreras guerreristas que Chávez intenta imponer como criterio de vida para los venezolanos, y demuestra a su vez que es posibles la unidad cuando los intereses son superiores, son nobles y son genuinamente comprometidos con el pueblo y con las mayorías. No hubo necesidad de mecanismos que unificaran a estos músicos, incluso en su posicionamiento jerárquico en el escenario, más allá de las ganas de brindarle alegría y canto a la paz, a los ciudadanos y a los pueblos hermanos que compartimos fronteras.
Sin embargo, quiero destacar lo más importante a mi parecer de dos de los discursos que se expusieron en este hermoso evento: primero, el del cantante español Miguel Bosé, quien señaló que es la participación ciudadana cada vez mayor la garantía de la defensa y la perpetuación de los derechos humanos y de los derechos del pueblo, además de que reivindicó la lucha porque el “derecho a la paz” esté establecido como mandato constitucional para los pueblos del mundo. Y segundo, el discurso que Juanes brindó a los jóvenes, el llamado a PARTICIPAR en la defensa de los derechos, en el destino de nuestros pueblos, y en el futuro de la humanidad; Juanes hizo un llamado a crear conciencia entre nuestros jóvenes para que asuman el reto del bienestar de nuestros pueblos, y esto, a pesar de que en Venezuela se empieza a entender, aún debe ser recalcado a como dé lugar: la única esperanza en nuestros pueblos, y en nuestro futuro es combinar la experiencia de quienes hemos ejercido desde la juventud direcciones de importancia, y la disposición de los jóvenes a asumir las riendas de su propio destino frente a la sociedad. Mérida en esto ha sido un ejemplo, y lo será siempre.

(Articulo publicado en la Columna Avanzada en el Diario El Nuevo Pais el 18 de marzo del 2008).

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