sábado, 2 de febrero de 2008

CHAVEZ COMPROMETE LA SOBERANIA NACIONAL





Con cada día que pasa el país va perdiendo su dimensión espacial como Estado Democrático integrado en la tendencia global que se percibe hoy día. Un Presidente como Chávez poco puede entender esta realidad, porque para él la riqueza es contraproducente con la "estrategia de empobrecimiento" dirigido a consolidar el Estado sujetador y autoritario.
Chávez jamás podrá entender que la riqueza del desarrollo, hoy día, no es meramente revolucionaria, sino que lo que está siendo cada vez más. Y no sólo es el resultado del desarrollo de la tecnología, sino que se trata de una “revolución cultural”.
Esta “revolución cultural” tiene un impulso arrollador cuando la gente es la protagonista de su propio desarrollo. En este sentido, la descentralización brindó la oportunidad para que la gente aprendiera la cultura de los proyectos a los fines de la utilización eficiente y el control determinante de los recursos públicos. Esto no lo puede entender un Presidente enemigo de la democratización de las decisiones públicas. Para él lo que importa es el control político, no la promoción de la participación plena condicionada por la educación, formación y capacitación de las comunidades para que asuman, en el marco de sus competencias, el verdadero poder en el ámbito que constitucionalmente les corresponda.
Al contrario, el experimento de los Consejos Comunales no puede jamás ser un espacio de participación plena porque es Chávez el que decide los proyectos que son prioritarios sin tomar en consideración la decisión de la base. No hay autonomía verdadera. Y cuando de recursos se trata sólo son beneficiados prioritariamente los que están al servicio del proyecto centralista.
En las elecciones regionales que se avecinan, está en juego, una vez más, la posibilidad de devolverle la autonomía que a los Estados-Alcaldías-Comunidades les corresponden; un bucle recursivo y dialógico, que fue desbaratado por el Poder Centralista, autoritario y militarista de Chávez, con pretensiones de volverse vitalicio, con la amenaza de una enmienda constitucional en el 2010.
Hay que derrotar la ineficiencia, la corrupción, el entreguismo de un gobierno que con acólitos en las gobernaciones y alcaldías han acabado a nuestras regiones. Su vinculación con el terrorismo de las FARC y otros grupos irregulares es una afrenta contra la soberanía y los valores esenciales de nuestros Estados, particularmente de Mérida y otros estados andinos que somos estados fronterizos.
Cada día perdemos la dimensión espacial de ser un Estado Democrático, porque justamente la estrategia de Chávez, el Sultán de Miraflores, es la de proteger, picajoso, el correspondiente espacio “soberano”, pero esa misma soberanía se ve comprometida a diario no por los Estados Unidos ni por ningún otro estado nacional, sino por redes sin Estado que violan las leyes y cruzan las fronteras para la prosecución de su comercio ilegal.
(Articulo publicado en el Nuevo Pais, columna avanzada, el dia martes 29 de enero 08).

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