William Dávila Barrios

SE ABRE UNA ESPERANZA PERO FALTA LA BATALLA FINAL.

Venezuela derrotó la pretensión totalitaria de un régimen que no sólo quería perpetuarse en el poder en nuestro país, sino que sus intensiones expansionistas estaban orientadas hacia América Latina en una primera instancia. Para este fin, asociarse con el terrorismo era una estrategia con el objetivo de plasmar geopolíticamente un enfrentamiento contra el Imperio.
El pueblo de Bolívar, demostró que en el acervo histórico, jurídico y político de nuestra Nación, existe una conciencia histórica Republicana y un orgullo porque lejos de ser neo-imperialistas, nuestros antepasados murieron pasando por el Paramo merideño para llevar libertad a Ayacucho.
Una vez más, ese pueblo democrático de Venezuela es ejemplo y faro para el resto del mundo. Diversos actores tuvieron participación decisiva en esta lucha contra la Reforma Inconstitucional: Los Jóvenes, la Iglesia, los empresarios, la sociedad civil en general, la Comunidad Internacional, los medios de comunicación social, periodistas, políticos, partidos, gente humilde del interior, los que habían creído en Chávez, Acción Democrática, la Fuerza Armada y hasta la abstención, porque ésta se nutrió en gran parte por gente afecta al régimen que expresó por esa vía su rechazo a la reforma inconstitucional. En síntesis, el País Nacional Unido en contra de las pretensiones dictatoriales de Chávez.
Me siento, como venezolano, lleno de optimismo por el futuro de la Patria. Sobre todo, porque en el transcurso de estos nueve años hemos vivido altibajos. Me siento feliz de que Mérida y los Andes en general le demostraron a Chávez que somos una región con historia y tradición, que no somos un punto en el mapa para que nos ponga un monumento al Che, siendo que en nuestra región tenemos hombres y mujeres forjados en el campo y hechos historia. Hoy día hay que ver la expresión de seguridad y confianza en el futuro de los jóvenes. Una sobrina, de 19 años, de Mérida, me decía ayer que se sentía libre y que ahora sí sabía lo que era la libertad y la democracia. Estaba simplemente feliz. Ese sentimiento lo desconoció en su paranoia Chávez, porque creía que nuestros jóvenes eran unos eunucos, que incluso su propia gente eran unos siervos de la Gleba. Es bueno que tenga claro el Señor Chávez esta realidad: el pueblo no le va a permitir más improperios y abusos de poder. Si pretende imponer la reforma inconstitucional por la vía de la Habilitante o de su mayoría en la ilegitima Asamblea Nacional, entienda que usted no está en las mejores condiciones para aguantar una marcha hacia Miraflores del tipo de la Avenida Bolívar el 29 de noviembre o de la que el pueblo hizo el 11 de abril de 2002.
Desde esta columna, felicitaciones al pueblo de Venezuela y a los Andes, particularmente Mérida, que demostró su hidalguía y su tradición patriótica. Adelante, que Venezuela nos pertenece, el futuro es nuestro.

(PUBLICADO EN EL DIARIO EL NUEVO PAIS. COLUMNA AVANZADA EL DIA 4 DE DICIEMBRE DEL 2007).