martes, 9 de octubre de 2007


EL PUEBLO DESLEGITIMARA EL FRAUDE CONSTITUCIONAL Y A QUIENES LO FACILITEN.

Estamos entrando en una etapa donde se descuida la tarea que es fundamental: la agitación y la denuncia política del fraude constitucional que quiere implantar Chávez. Un “llamamiento” electoralista a destiempo ha sustituido lo prioritario: la labor de pedagogía política de la que hablaba Rómulo Betancourt para que las masas actúen. La acción de las masas surgirá siempre que haya la conciencia democrática en el pueblo de que la propuesta de reforma de Chávez no busca otro objetivo que el propósito continuista para demoler la República.
Si hacemos una enérgica agitación política y denuncias vivas, resonantes, claras de los derechos que se están perdiendo con el fraude constitucional en ciernes, podremos echar las bases para la acción del pueblo en el momento oportuno, habida cuenta de la contingencia económica desastrosa que se avizora para los sectores populares.
La prioridad es desarrollar un Plan de acción para organizar las denuncias políticas sobre el fraude constitucional, la conciencia democrática del pueblo venezolano no se despierta sino a partir de hechos y acontecimientos políticos concretos y, además de actualidad, que mezclen la denuncia de la podredumbre de un régimen corrupto, sin ética ni moral, con el continuismo que encubre el manipular a las masas a través de ofertas engañosas que sólo buscan anclar con ellas la pretensión ulterior de Chávez: entronizarse en el poder en aras de una absolutamente falsa Revolución, en la que el “hombre nuevo” es el de la riqueza fácil, de los BMW, de los Cartier, Rolex, Rollsroys, Hummers, de las habitaciones de 3 mil euros la noche en Europa, del amiguismo y el compadrazgo, de la palanca familiar para convertirse en los nuevos latifundistas, justamente el del egoísmo e individualismo exacerbado por la petulancia chavista.
El planteamiento electoralista en un país que no cree en el sistema electoral es chocante porque lo prioritario es entrelazar el fraude constitucional con la fisonomía y naturaleza política de un mecanismo electoral perverso, hecho a la medida de las pretensiones hegemónicas y continuistas de Chávez, y sobre esto organizar denuncias múltiples y de actualidad. Un llamamiento electoral per se no garantiza la movilización del pueblo, porque en el fondo desconocen, quienes lo hace, la oposición inmanente, telúrica, que existe en Venezuela que en silencio está organizando sus sentimientos de rebeldía y de rechazo al engaño electoral, precisamente porque ven que la tramposería electoral está fuertemente vinculada al proceso del proyecto autoritario, militarista, socialista-chavista, proyecto sin viabilidad histórica , sin anclaje en el acervo jurídico-político e histórico de nuestra herencia republicana y democrática.
El pueblo silencioso derrotara a esa dirigencia que se arrastra tras “la lucha cotidiana y gris” y echara las bases para que se recupere la democracia ante la ilegitimidad de una nueva constitución impuesta sin respeto a la soberanía popular y sin el consenso del pueblo.
(Articulo publicado en la Columna Avanzada del Diario El Nuevo Pais el 9 de octubre del 2007).

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